Clegg, quien durante mucho tiempo se opuso a esa guerra, estaba reemplazando a Cameron en la sesión semanal de preguntas de los legisladores al primer ministro, quien se encuentra actualmente de visita en Estados Unidos.
En un debate con Jack Straw, del opositor partido Laborista, quien en 2003 era jefe de la diplomacia de Tony Blair, cuando la guerra comenzó, Clegg le dijo que "tal vez algún día tendrá usted que rendir cuentas por el papel que jugó en la más desastrosa de todas las decisiones, es decir la invasión ilegal de Irak".
El comentario causó sorpresa ya que Cameron apoyó la guerra, así como en su mayoría el Partido Conservador, que en la actualidad forma parte de la coalición gubernamental con los liberal demócratas de Clegg.
Un portavoz de Downing Street corrigió rápidamente sus declaraciones explicando que el viceprimer ministro expresaba en esas circunstancias "un punto de vista personal" que ya era conocido desde hacía tiempo.
David Cameron, el jefe del Gobierno de coalición, que continuaba este miércoles su visita a Washington, sostuvo siempre la presencia militar de Gran Bretaña en Irak al lado de los estadounidenses.
"El gobierno de coalición no ha expresado su punto de vista sobre la legalidad -o no- del conflicto iraquí", dijo el portavoz.
"Pero esto no significa que los miembros del gobierno no puedan expresar sus puntos de vista personales", indicó.
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