El consejo de ministros de Francia, presidido por el presidente Nicolas Sarkozy, aprobó esta mañana el polémico proyecto de ley de reforma del sistema de jubilaciones que prevé aumentar de 60 a 62 años la edad mínima para acceder a la jubilación, lo cual podría despertar una nueva ola de protestas.
La reforma, presentada por el ministro de Trabajo, Eric Woerth, es una de las más conflictivas del mandato de Sarkozy, y debe ser sometida ahora a las comisiones competentes de la Asamblea Nacional y del Senado.
A partir del 6 de septiembre, el proyecto será tratado por el Parlamento en sesión plenaria. "A fines de octubre ese texto será votado", dijo el presidente Sarkozy durante una intervención televisiva en la cual reafirmó el calendario que se había fijado, pese al escándalo que desde hace tres semanas sacude al ministro de Trabajo, vinculado a un escándalo político.
Sarkozy descartó cualquier modificación del aumento de la edad mínima prevista en el proyecto de ley, aunque dejó una puerta entreabierta a la negociación de otros puntos de la reforma. "Escucharemos a nuestros interlocutores", dijo Sarkozy, sin convencer a los dirigentes de los principales sindicatos, que insisten en que se trata de una reforma "injusta" e "inaceptable".
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