Los ex presidentes chilenos Eduardo Frei y Ricardo Lagos rechazaron hoy que un posible indulto con motivo del Bicentenario del país beneficie de forma genérica a violadores de derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
"No aceptaremos que se utilice la fiesta del Bicentenario de nuestra independencia como excusa para indultar a los violadores de los derechos humanos", dijo Frei (1994-2000) durante un homenaje al general Carlos Prats, asesinado en 1974 en Buenos Aires.
Frei Ruiz-Tagle, que se enfrentó en las últimas elecciones al actual presidente conservador, Sebastián Piñera, es hijo del también ex presidente Eduardo Frei Montalva, fallecido en 1982, cuando encabezada una incipiente oposición a la dictadura.
El pasado mes de diciembre, la Justicia chilena confirmó que la muerte de Frei Montalva se produjo a raíz de un envenenamiento.
En tanto, el ex mandatario Ricardo Lagos (2000-2006) manifestó hoy que la concesión de los indultos se debería analizar "caso a caso".
El denominado indulto del Bicentenario fue planteado por la Iglesia con motivo de los 200 años de la Independencia del país.
Se espera que la Conferencia Episcopal entregue en los próximos días su propuesta de indulto, en la que se fijarán determinados criterios que deban cumplir los posibles beneficiarios, pero de la que no se excluirán explícitamente a violadores de derechos humanos condenados.
Esto ha causado malestar entre los representantes de las víctimas de la dictadura militar.
Lagos y Frei asistieron junto al ex presidente Patricio Aylwin (1990-1994) a ese acto que reunió a tres de los mandatarios de los gobiernos de la Concertación de centroizquierda, del que sólo se ausentó Michelle Bachelet (2000-2006), quien se encuentra fuera del país.
El homenaje al ex comandante en jefe del Ejército Carlos Prats se celebró cuatro días después de que se conociera la sentencia que fija penas para nueve personas por su asesinato, entre ellas varios miembros de la cúpula de la policía secreta de Pinochet y dos civiles.
El general Carlos Prats, antecesor de Pinochet en el mando del Ejército, se opuso al golpe militar y se radicó en Buenos Aires, donde fue asesinado junto a su esposa, Sofía Cuthbert, mediante una bomba instalada en su automóvil.
Tras conocer la sentencia, el Ejército repudió a los siete ex militares condenados y hoy el comandante en jefe, Juan Miguel Fuente-Alba, recibió a las tres hijas de Prats, Sofía, Cecilia y Verónica.
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