Al mismo tiempo que los termómetros de Ourense y Pontevedra rozaban valores cercanos a los 40 grados, la concentración de gas ozono alcanzaba en esta última provincia acumulaciones que representan "un riesgo para la salud humana" -según un decreto estatal- sin que nadie alertase de ello. La Secretaría Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental, obligada por ley a informar diariamente del peligro, se pasó tres días sin hacer mediciones en Ourense.
La voz de alarma la dio ayer el colectivo ecologista Verdegaia, que señaló que el miércoles entre las tres y las nueve de la tarde Pontevedra registró acumulaciones de gas ozono muy superiores a las descritas en el Real Decreto 1796/2003 como "umbral de información". A partir de ese índice la Consellería de Medio Ambiente está obligada a dar parte a la de Sanidade e informar a la población "a una escala suficientemente grande y cuanto antes". Ayer sólo se podía acceder a esos datos desde la web de la consellería.
Para el ecologista Xosé Veiras de Verdegaia la situación no es novedosa. "Nosotros hemos detectado que el estudio que publica anualmente la Consellería de Medio Ambiente sobre calidad del aire no recoge todas las situaciones en las que el nivel de ozono sobrepasa el umbral de informacíón". Por todo ello Verdegaia presentará una queja ante el Valedor do Pobo, dice, "similar a la que en 2008 llevó a una resolución favorable del Defensor del Pueblo de Murcia".
La doctora Cristina Martínez, de la Sociedad Española de Neumología, advierte del impacto que tiene el ozono sobre niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias crónicas. "Una exposición prolongada puede provocarles irritación en las ojos, nariz y garganta e incluso resulta peligroso en el caso de las personas con asma". Algunos estudios han establecido relaciones entre la acumulación de ozono y las crisis de asma.
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