El PSOE ha pactado una enmienda con el PNV por la que la nueva reforma laboral permitirá a las empresas que tengan pérdidas ahora o en el futuro acogerse al despido objetivo, con indemnización de 20 días por año trabajado. También podrán hacerlo aquellas compañías que registren "una disminución persistente de nivel de ingresos" que afecte a su viabilidad o a la capacidad de mantener el empleo. Además, se facilita el despido individual por absentismo.
La Comisión de Trabajo del Congreso ha introducido hoy una serie de cambios en la reforma laboral que aprobó recientemente el Gobierno por decreto. La más importante afecta a las causas económicas por las que una empresa podrá acogerse al despido objetivo, con indemnización de 20 días por año trabajado.
Cuando el trámite parlamentario de la norma finalice, algo que se prevé para finales de agosto o septiembre, las empresas podrán despedir con 20 días por año trabajado cuando tengan "pérdidas actuales o previstas" o una "disminución persistente de su nivel de ingresos" que pueda afectar a "su viabilidad o a su capacidad de mantener el volumen de empleo".
Es decir, se permitirá a las empresas acometer un despido objetivo con una indemnización de 20 días pese a que no estén en números rojos.
El texto añade que la empresa "tendrá que acreditar los resultados alegados y justificar que de los mismos se deduce razonabilidad de la decisión extintiva para preservar o favorecer su posición en el mercado"
- Pacto con el PNV.
Estos cambios han sido pactados con el Partido Nacionalista Vasco que, como el resto de los grupos, pedía una mayor concreción respecto al texto del Gobierno que permitía a una empresa poder acogerse al despido objetivo cuando de sus resultados "se desprenda una situación económica negativa". Una afirmación que inducía a mucha ambigüedad.
Pero el apoyo del PNV se ha ceñido a esta enmienda sobre las causas económicas del despido, ya que en la votación conjunta del texto los nacionalistas vascos han optado por la abstención.
- Será más fácil despedir por absentismo.
Otra de las enmiendas introducidas este jueves en el Congreso facilita el despido objetivo (con 20 días de indemnización) por absentismo reiterado. Cuando la falta de asistencia al trabajo -esté justificada o no- sume el 20% de las jornadas hábiles durante dos meses consecutivos o el 25% en cuatro meses discontinuos dentro de un año, las empresas podrán extinguir el contrato del trabajador siempre que el absentismo total de la plantilla no supere el 2,5% en los mismos periodos de tiempo.
En la normativa vigente, ese porcentaje es del 5% y reducirlo para frenar el alto absentismo laboral era una reivindicación de PP y CiU.
- Sólo el PSOE apoya la reforma.
El conjunto del proyecto de ley de reforma laboral ha salido del Congreso sólo con los votos socialistas (169), mientras que todos los grupos de izquierda -IU-ICV,ERC-, junto con el Partido Popular, han votado en contra (165). Las abstenciones de CiU y PNV (16), como ya ocurriera en la primera votación de la reforma o en el techo de gasto, han permitido al Gobierno salvar el texto.
Los dos grupos nacionalistas han explicado que se han decantado por la abstención tras alcanzar un compromiso con el Grupo Socialista y con el Gobierno de que antes de seis meses se acometerá la reforma de la negociación colectiva.
Todos los grupos han coincidido en criticar el contenido de esta reforma laboral y en las formas que ha utilizado el Gobierno para sacarla adelante. "Es un guiso incomestible", afirmaba Ignacio Echániz, diputado del PP, mientras que Emilio Olabarría, del PNV, aseguraba que tiene "muchas carencias" que harán que la reforma "no tenga un futuro venturoso". Para Carles Campuzano, de CiU, esta reforma laboral deja aparcadas "cuestiones fundamentales" y "no generará confianza" ni en las empresas ni en los ciudadanos.
Olaya Fernández, del BNG, pedía "mayor responsabilidad" al PSOE y al Gobierno a la hora de afrontar nuevas reformas. Para Gaspar Llamazares, de IU, éste el "el peor texto" laboral de toda la democracia.
- Votación caótica para una reforma de calado.
"No he visto una votación así en toda mi vida". Con esta frase resumía un diputado de la Comisión de Trabajo lo ocurrido durante la reunión de este jueves. El caos y la desorientación ha dominado toda la mañana, cuando los diputados que forman parte de esta Comisión no tenían claros los textos que iban a votar. La polémica ha surgido cuando el Grupo Socialista presentaba por la mañana un texto con enmiendas transaccionales que, según los partidos de la oposición, no habían sido aprobadas.
Textos de última hora, negociaciones rápidas y sobre todo, la sensación de que el PSOE no tenía asegurado que iba a sacar adelante la reforma, dominaron toda la jornada.
Existe un gran malestar entre todos los grupos por el proceder del Gobierno y del PSOE en la tramitación de esta norma, ya que se han acortado los plazos parlamentarios al máximo. Normalmente una ley de estas características debe pasar por el Pleno, pero se decidió dar capacidad legislativa plena a la Comisión de Trabajo para en seguida remitirla al Senado y que esté lista a finales de agosto o principios de septiembre.
- Ahora, el turno del Senado.
Tras su paso por el Congreso, la reforma laboral pasa ahora al Senado donde se tendrá que trabajar en agosto para terminar de finiquitar la ley. Visto lo visto hoy en el Congreso se espera que allí también se introduzcan modificaciones. De ser así, tendrá que volver a Congreso para su aprobación definitiva. El Gobierno quiere que la nueva reforma laboral esté lista en septiembre.
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