informativoaltera2.blogspot.com

viernes, 6 de agosto de 2010

Una autovía trae la reunificación al Ulster y la República de Irlanda

Irlanda del Norte y la República de Irlanda acaban de inaugurar el último tramo de una autovía entre Belfast y Dublín. No se trata de una infraestructura más, sino de un importante paso en el proceso de pacificación del Ulster. Es la nueva carretera que deja atrás las tensiones que suponía la frontera y las bombas que descargó el IRA años atrás causando una veintena de muertes en la zona.

En Killeen, en el Condado de Armagh, hay una estrecha carretera donde la frontera entre el Ulster o Irlanda del Norte y la República de Irlanda está señalada por cráteres de bomba recubiertos y una pequeña casita blanca con un gran rótulo de plástico que la identifica como una Oficina de Cambio.

Hasta hace poco, esto era parte de la carretera principal de 165 kilómetros entre Belfast y Dublín. Era una de las carreteras más abandonadas de la isla, y reflejaba en cierto modo la división política y cultural entre el sur independiente y el norte unionista.

Pocas personas la utilizan ahora en su camino entre las dos principales ciudades del país, porque a unos cuantos metros de distancia pasa una nueva autovía, y los coches y camiones que cruzan Killeen lo hacen sobre un asfalto poroso, de escaso ruido, a 110 kilómetros por hora. La única evidencia visible de que han cambiado de jurisdicción son las señales, que se traducen de millas a kilómetros.

Los últimos 12 kilómetros de autovía entre Belfast y Dublín fueron inaugurados conjuntamente el 29 de julio por el primer ministro irlandés Brian Cowen y el viceprimer ministro de Irlanda del Norte, Martin McGuinness, del Sinn Fein, escenificando así la nueva etapa de entendimiento entre las dos partes de la isla.

La autovía ha unido a las dos partes de Irlanda en más de un aspecto. Ahora no hay ninguna señal de "stop" o semáforos entre Belfast y Dublín, aparte de un peaje en un puente suspendido sobre el río Boyne.

Un viaje que antaño se tardaba en hacer cuatro horas, a través de ciudades con infinitas rotondas y pueblos en los que los tractores obstaculizaban el tráfico, se ha reducido ahora a una hora y media. La autovía hace que Irlanda sea un lugar más atractivo para el comercio, para las inversiones, los negocios y el turismo, aseguró Cowen en el acto inaugural, diciendo entre bromas que si la economía es cuestión de giros y rotondas, al menos ellos se han liberado de estas últimas.

La nueva infraestructura ha relegado además a la vieja carretera de Killeen a la trastienda de la historia negra.

Cuando me acerqué hasta allí tras la ceremonia descubrí que Killeen se ha convertido en un oasis de calma, con tan solo un par de camiones saliendo de la autovía para repostar con diesel en una de las dos gasolineras o para comprar patatas fritas. La Oficina de Cambio sigue abierta, pero no vi entrar o salir a nadie de ella en los 20 minutos que estuve por allí.

Éste ha sido uno de los lugares donde se han producido más muertes durante el conflicto de Irlanda. El 27 de noviembre de 1971 el IRA reventó el edificio de aduanas de Killeen y después tendió una emboscada a una patrulla del Ejército británico que fue a investigar el atentado. Pero quienes murieron en el tiroteo fueron dos civiles, Jimmy O’Neill e Ian Hankin, que trabajaban para el servicio de aduanas.

Otras 16 personas perdieron su vida debido a violencia política en este paso fronterizo, incluido el jefe de la Justicia en Irlanda del Norte, Maurice Gibson, y su mujer, Cecily, que murieron el 28 de abril de 1987 cuando una bomba del IRA explotó a su paso en un coche.

Las últimas víctimas fueron un contratista de calefacción norirlandés, Robert Hanna; su mujer, Maureen, y su hijo de 7 años, David, que murieron cuando una mina del IRA explotó bajo su coche en Killeen el 23 de julio de 1988. Regresaban a casa desde el aeropuerto de Dublín tras unas vacaciones en EEUU. El artefacto explosivo de 450 kilos tenía realmente como objetivo al juez del Tribunal Supremo de Irlanda del Norte Eoin Higgins, que también regresaba de EEUU.

Todos los puestos fronterizos fueron abandonados en 1992, cuando entró en vigor el Mercado Único Europeo, y los controles de seguridad del Ejército británico se eliminaron cuando el conflicto se dio oficialmente por terminado. Pero todavía flota un ligero ambiente de amenaza en Killeen, y a la gente no le gusta mucho hablar con extraños.

Los republicanos disidentes, que se oponen a la participación del Sinn Fein (el brazo político del IRA) en el Gobierno de Irlanda del Norte, permanecen activos en la zona. En diciembre fue desactivada una bomba de 32 kilos en el puente de Killeen que pasa por debajo de la línea ferroviaria Belfast - Dublín.

Cowen ha definido a los militantes de la línea dura “gente en los márgenes”, irrelevantes en la Irlanda actual. El propio McGuinness, antiguo líder del IRA en Derry, mirando a la nueva autovía que atraviesa las colinas de Newry, dijo: “Tienen que venir y mirar esta carretera hoy para ver cómo es el futuro”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario