Una tapia, un muro uniforme de ladrillo del cementerio de la Almudena de Madrid, se convirtió hace 71 años en el final del camino revolucionario de 13 jóvenes, a las que el fascismo cortó de raíz su juventud y su vida por su lealtad al Gobierno democrático de la II República. Esas muchachas, las trece rosas, fueron fusiladas allí el 5 de agosto de 1939 por las tropas franquistas.
"Que mi nombre no se borreen la historia". Con esta frase se despidió una de ellas, JuliaConesa, que en esa fecha tan sólo contaba con 19 años. Y siete décadas después, la izquierda madrileña intenta, en ese mismo escenario, que eso se cumpla. Ayer, unas 200 personas se dieron cita en el exacto lugar en el que murieron las 13 jóvenes.
Pertrechados de banderas republicanas, se reunieron en el cementerio dirigentes del Partido Comunista (PCE), antiguos miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y familiares y amigos de esas 13 jóvenes cuyo único delito fue trabajar activamente contra el golpe militar franquista. Se sumó, además, media docena de profesores del Sindicato Obrero de Japón que estos días viajan por España.
Durante el acto, también se recordó a los 43 claveles, otros tantos hombres de las JSU fusilados el mismo día y en el mismo lugar. La secretaria de Movimiento Republicano del PCE, Gloria Aguilar, recordó el nombre de las trece rosas: "Carmen, Martina, Blanca, Pilar, Julia, Avelina, Elena, Virtudes, Ana, Joaquina, Dionisia, Victoria y Luisa". "Sabían bien lo que hacían, y por eso fueron asesinadas", lamentó.
La pared es, todos los 5 de agosto, el muro de las reivindicaciones de los represaliados por el franquismo, que ayer volvieron a exigir a las autoridades un mayor compromiso para recuperar su memoria. "Hay que dar voz a las víctimas para reconstruir la verdad humana y colectiva de ese momento, y, en definitiva, permitir al conjunto de la ciudadanía el conocimiento de la verdad", reclamó Aguilar.
- Vivas en el recuerdo.
Concha Carretero, superviviente de la época que estuvo en la misma prisión de Ventas en la que las trece rosas pasaron sus últimos días, lleva 70 años intentando recuperar la memoria de sus compañeras. "Hemos llevado sus nombres a universidades, colegios, prisiones, ateneos, centros de cultura, teatros y cines de media España", recordó emocionada.
Satisfecha de haber sido capaz, "junto con los demás camaradas", de mantenerlas "vivas en el recuerdo" para que "sus nombres no se borren de la historia de la democracia", Carretero no dudó un instante en animar a los asistentes a entonar La joven guardia, el himno de las JSU. Todos la respaldaron efusivamente.
La presencia del vicepresidente del PSOE en la Asamblea de Madrid, José Cepeda, que es a su vez presidente de la Fundación Las Trece Rosas, turbó por un instante el acto de ayer. Mientras Cepeda pronunciaba su discurso y afirmaba que "las ideas de la izquierda siguen más vivas que nunca, en un mundo con una cierta esquizofrenia colectiva", varios asistentes le espetaron: "Y vosotros habéis aprobado la reforma laboral. ¿Es eso de izquierdas?"
Cepeda mantuvo el tipo y concluyó que "toca cambiar las cosas y, en ese trabajo, juntos estamos todos unidos. Todos juntos, porque los que están enfrente temerán un poco más", apuntó. La emoción se recuperó al poco tiempo, cuando se depositaron 13 rosas bajo la placa que recuerda a las fusiladas, y los asistentes entonaron la Internacional comunista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario