Los diputados franceses aprobaron este martes por aplastante mayoría un proyecto de ley que prohíbe el uso del velo islámico integral en oficinas y espacios públicos de Francia, donde vive la mayor comunidad musulmana de Europa y que entrará en vigor en 2011.
La iniciativa gubernamental que prohibirá el uso del burka y el niqab en la administración pública y también en tiendas, cines, restaurantes y mercados a partir de la primavera del año que viene, obtuvo el respaldo de 335 diputados de la Unión para un Movimiento Popular (UMP, derecha, en el poder), del Nuevo Centro y 20 de izquierda, entre éstos el socialista de origen catalán Manuel Valls.
La inmensa mayoría del bloque socialista y ecologistas decidieron no participar en la votación. Igual decisión tomaron los comunistas, excepto el diputado André Gerin, impulsor del debate sobre la prohibición del velo integral y presidente de una comisión parlamentaria 'ad hoc', que apoyó el proyecto.
El texto aprobado será enviado al Senado que en septiembre lo aprobará seguramente en los mismos términos que los diputados.
La ministra francesa de Justicia, Michele Alliot Marie, presente en el hemiciclo, saludó la aprobación parlamentaria, pues supone un "doble éxito".
"Primero porque engrandece la democracia" y segundo porque "es un éxito para la República y para los valores que encarna", afirmó.
El burka o el niqab son dos formas de velo islámico integral que cubren de la cabeza a los pies y tienen una apertura a la altura de los ojos o una rejilla para poder ver.
El tratamiento del proyecto de ley titulado "para prohibir la disimulación del rostro en el espacio público", comenzó el 6 de julio, poco más de un año después de que el presidente francés Nicolas Sarkozy afirmara ante el pleno del Parlamento que "la burka no será bienvenida en la República francesa".
"El velo integral es contrario a la dignidad de la mujer. La respuesta es la prohibición", sostuvo Sarkozy en marzo pasado, pese a las reservas emitidas por el Consejo Constitucional -que vela por la conformidad de las leyes a la Constitución- y del Consejo de Estado, la más alta instancia administrativa de Francia, que defienden una prohibición limitada a la administración pública y a los comercios pero no en la calle.
El Consejo de Estado advirtió que una "prohibición general (...) carecería de fundamento jurídico incontestable".
El Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) rechazó el proyecto porque "corre el riesgo de estigmatizar al islam" y Amnistía Internacional (AI) advirtió que la prohibición total del velo islámico integral "viola los derechos a la libertad de expresión y de culto".
El texto, que entrará en vigor tras un periodo "pedagógico" de seis meses, contiene una paquete de sanciones por usar el burka o el niqab, empezando por una multa de 150 euros o un curso de ciudadanía.
Los maridos o concubinos (u otra persona) que obliguen a sus parejas (o esposas) a usar el velo, podrán ser condenados a un año de cárcel y a 30.000 euros de multa.
Esa multa se duplica si la persona obligada a usar el velo es menor, de modo que la pena de cárcel podrá ser de dos años y la multa de 60.000 euros.
Francia alberga a la mayor comunidad musulmana de Europa con unas seis millones de personas, aunque sólo 2.000 mujeres usan el velo islámico integral.
De tradición laica, Francia adoptó en 2004 una ley que prohíbe el uso de "signos religiosos ostensibles" como el velo islámico en colegios secundarios.
Iniciativas similares están ganando adeptos en otros puntos de Europa.
El uso del burka está prohibido en los espacios públicos de Bélgica y en los edificios municipales de Barcelona. Suiza, Holanda e Italia, estudian una prohibición parcial.
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